El silencio de los corderos

El silencio de los corderos

Estamos llegando a esas fechas del año, donde todo culé esperaría estar ilusionado y con ganas de que llegue el próximo partido que nos lleve a la Final Four o a pelear con esperanzas por la liga, pero otro año más, una pésima planificación hace que, a pesar de haber ganado la copa, se esté hablando ya más del año que viene que de este. Y eso, gracias a Pesic, que sin el gran Svetislav, el drama podría ser de dimensiones bíblicas.

En los próximos días, os hablaremos de la situación actual y lo que podemos esperar del Barça 2019. Pero, por desgracia, el equipo no es la única tarea que hay que arreglar de cara al futuro. Y en esto se quiere centrar este humilde artículo. En uno de esos aspectos. La comunicación.

Y en esto, hay una especie de nube negra que rodea todo lo relacionado con la sección de Basket. Un enigmático silencio, una falta de transparencia en cualquier aspecto del club que lleve el sello de una canasta detrás, que crea un distanciamiento con la afición, que recordemos, paga religiosamente su carnet.

Algunos silencios, que pueden llegar a entenderse aunque se comparta, o no, son comprensibles, como todo lo relacionado con incorporaciones. Hay una especie de juego,  con un comentario del Bartzokas, Sito o Pesic de turno, que parece que sí, que no se atreve a decir que habrá,  pero dejando un “tal vez”,  con una oleada de rumores que se generan en consecuencia, sigue una falta de determinación en la dirección, y al final, que confunde al aficionado.

Pero como decimos, este caso, se puede entender.

Lo que no compartimos es la falta de transparencia en cualquier otro aspecto relacionada con el equipo.  Pondremos dos ejemplos, que ejemplificaran esto.

Primero. ¿Alguien recuerda la última vez que habló Nacho a la afición? Posiblemente en la rueda de prensa de febrero con la llegada de Pesic. Pero antes, una ronda por las radios, o una ronda de entrevistas, en las que el General Manager no hace otra cosa que repetir un mensaje monótono y vacío en una serie de entrevistas con respuestas clonadas, que no convence a casi nadie. ¿Por qué hay este miedo a los micrófonos? ¿A tener al socio o abonado o aficionado informado?

Otro ejemplo, es el despropósito de los servicios médicos. Está claro que estamos en un deporte de élite, y que por tanto, los jugadores se lesionan. Faltaría más. Y podemos discutir si el número de lesiones es más o menos normal, pero no es el mensaje que queremos transmitir.

Lo que sí es muy discutible, es el silencio y la enquistación de varias lesiones, que no ocurre con tanta frecuencia en el resto de equipos, y que creemos que viene dado por esa falta de comunicación y esa falta de transparencia que rodea al equipo.

¿Alguien sabe cómo esta Rakeem Sanders? ¿Por qué se tardó tanto en saber el estado de Seraphin? ¿Qué pasó con Koponen tras su accidente? No decimos que sea culpa del club que se lesionen, o que estas no lleven el ritmo de recuperación esperado. Pero hay un halo de misterio alrededor de todo lo relacionado con ellas, que dejan intranquilo a la afición.

 

Señores dirigentes, posiblemente, una mejor comunicación con quien hace grande este deporte, que son los aficionados,  y por qué no, con los periodistas que tratan de informar,  ayudaría a acercar al seguidor al equipo, a atraer al aficionado al Palau de nuevo, a entender mejor algunas decisiones que se toman, a tener empatía con los jugadores, a crear equipo, ayudaría sin duda a evitar rumores que enrarecen el ambiente y que los profesionales puedan trabajar más fácilmente informando del equipo.

No pasa nada por informar, ¡el seguidor del Barça no muerde!

 

Source foto: iusport.com


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